—No olvide que le estoy apuntando derecho al corazón.

—Es mi punto menos vulnerable.

— ¿Cuántas veces te he dicho que me mires a los ojos mientras me mientes?

— ¿Acaso no te miro cada vez que tengo un orgasmo?

— Nunca me fijo en esos detalles;  además ¿cuántas veces te he dicho que no me des la espalda y todo lo demás?

— ¿Y para que pusimos espejos en todas las paredes y en el techo?

— ¿Para justificar el curso de Interiorismo por correspondencia?

—¿Cuál es su nacionalidad?

—Soy borracho.