“Que se me paren los pulsos si te dejo de querer

Que las campanas me doblen si te falto alguna vez”

Y sin embargo, Te quiero. Quintero-León-Quiroga

No me busques en la sopa (por muy caliente que esté/s/mos), ni siquiera en la de letras. Yo soy Alfa y Omega, tú mi principio y mi fin, y juntos hacemos sombra a la trinidad más divina que se nos encime  ¡Hossana Gloria!

A pesar de la sensualidad de la S, del erotismo de la X, del anhelo de una A compartida y un/a casi imposible H nuestra, si las letras en medio de su cópula inevitable para formar palabras no sirven para hacerte sentir lo que deseo, si no te llegan a través del tiempo y la distancia y penetran una a una por los poros de tu piel, no te empeñes ni creas que hablo por hablar, ni escribo por escribir, ni siento por sentir.

Si mis palabras no te abrazan cuando abres tus negros ojos, agitada y sudorosa, en la madrugada, al despertar bruscamente por culpa de alguna estúpida pesadilla o algún miedo o alguna pregunta retórica, tapa mi boca con tus besos y ata mis manos a tus caderas y prometo hacerte el amor callado.

Si alguna vez crees que estoy usando mis palabras para esconder algún pensamiento en lugar de publicarlo a los cuatro vientos, por favor, tómame los pulsos y comprueba si mi cuerpo está rígido o mi cara lívida; mas, aún así, no pienses que mi corazón ha dejado de latir, y si no, recuerda Nuestro Juramento.

Tlazokamati