It’s a mystery to me, the game commences
for the usual fee, plus expenses
confidential information, it’a a diary
this is my investigation, it’s not a public inquiry.
Private Investigatión. Dire Straits
También es un misterio para mí: el juego comienza.
De algo estoy seguro: no termina nunca, pues cualquiera que esté dispuesto a abrir un libro y dejarse arrastrar por las palabras, hacia dentro y/o hacia otros mundos, se embarca en una aventura que disfrutará de por vida.
Ojalá nos hubieran animado a la lectura, en la escuela, con métodos más lúdicos: hoy en día no estaríamos quejándonos de lo poco que se lee en este, en cualquier país.
Pero bueno, dejemos el pasado que empiezo a sentirme como el abuelo contando batallitas de la guerra.
Como saben, no pusimos ninguna regla. Vale escoger un texto, frase o fragmento de cualquier género y autor. Sé que esto puede complicar un poco más el asunto, pero así, entre todos, podemos ir aportando pistas que nos lleven a la solución del caso del libro perdido…
Aunque en vista de los preliminares, creo que el único ignorante soy yo…
Pielroja ya había iniciado el juego en los comentarios de Los detectives salvajes, y Atiarcar hizo una demostración practicamente instantánea de sus facultades de investigación a la vez que hizo otra propuesta, que pienso incluir, evidentemente. Después propuso Luna y Pielroja acertó, y Alma-triche hizo otra propuesta.
Por fin pude insertar el formulario para enviar comentarios en la página Autor, en la parte superior del blog. Sugiero que la usemos para que me hagan llegar sus aportaciones. Los comentario hechos en esta página no salen publicado y me llegan mediante correo electrónico: así le damos más misterio aún ¿no les parece?
Así la zona de comentarios del post con la propuesta en curso la usaremos para poner pistas, pedir ayuda, comida, la paz mundial y, sobre todo para las soluciones.
Basta de normas y a lo que vamos. Ah, y gracias.
Creo que este texto nos viene que ni pintado (escrito) para empezar:
«Nadie puede decir de dónde proviene un libro, y menos que nadie la persona que lo escribe. Los libros nacen de la ignorancia, y si continúan viviendo después de escritos es sólo en la medida en que no pueden entenderse»