In other words,
Hold my hand.
Este año, esta vez la víspera del verano me trajo un regalo inesperado, aplicándole de lleno el significado a la palabra sorpresa. Que en esta ocasión haya sido ligeramente negativa no le quita su grado (¿bisexual? Bifocal) bisémico.
La cosa es que estoy escribiendo esto con lentes y es la primera vez que me pasa en casi cuarenta años. Pero, como supondrás, no vengo a decirte que ahora uso anteojos. No, no es eso, es algo más.
Esta calle que piso ahora mismo tal vez no tenga nada que ver con la que haya bajo tus pies, pero estas ganas de abrazarte sí. Creerás que estos años que he vivido parecieran no tener nada que ver con tu pasado y, sin embargo, me conducen a ti, te acercan a mí, nos unen.
¿Has estado alguna vez dentro de algún sitio del que no quisieras salir? ¿No? Espérate, espérame.
Quiero convencerme de que no hace falta, que no ha sido necesario llegar hasta aquí, hasta este tiempo y este lugar para sentir lo que estoy sintiendo. O, simplemente, no necesitar haberte olido para saber a qué sabes, por ejemplo.
No me hagas caso, ya sabes y sabes -sientes- lo que pasa cuando te me encimas. Y encima no sé lo que me pasa que me dejo llevar por tus caderas. ¿A que ahora estás sintiendo cómo te beso, y no hay miedos? Lo siento y no acepto un no por respuesta. Así que, cállate y.
No tiene nada de extraño que, en este momento, piense en el día de mi muerte. Será por estas -ni pinches ni putas- ganas de vivir.
Sabes que mi misión está prácticamente cumplida. Sabes que no es una despedida. Sabes -y no te estoy preguntando- a qué sabes.
Carajo, me puede, me lleva toda esta gente viva a mi alrededor. Me salva el entender que estaré más vivo que estas simples máscaras, que no tendré que disimular nada, ni bueno ni malo; que no habrá balanza para medir cosas tan triviales como el bien y el mal.
(Paréntesis)
Esto es un paréntesis entre mi vida y la tuya. Un ligero, estúpido, insignificante signo ortográfico para conjugar los verbos, todos (paréntesis: ser, estar, parecer) en primera -y única- persona del plural. Y no, no es como piensan porque, no, no saben (y que le den mucho en sus madres); hasta que aprendan que tú y yo somos -silencio: te beso- nosotros que no vengan a -silencio: ¿me besas?- interrumpir en tu, mi, nuestras vidas.
¿Ya te dije que creo?