A Roja Red, con o sin Maruchán.
   Amantes de lo ajeno, hasta ahora desconocidos —o sea, un grupo de sicarios— (N.N. según las autoridades) incluso para su familia a la hora de comer, ingresaron bajo la obscuridad de la noche a un conocido antro arribando en una camioneta de lujo (nuevesototota, toda limpiecita) a un local nocturno donde, presumiblemente, se efectúan espectáculos de teiboleras. 
   El propietario del lugar, al arribar al establecimiento anteriormente citado en tan cruenta escena, notó que los candados fueron violados, al igual que una de las puertas. Hasta el momento no hay constancia de que ni los susodichos candados ni la susodicha puerta se hayan comisionado ante el agente del Ministerio Público para denunciar penalmente estos actos.
   El mencionado propietario ingresó minutos después al inmueble y al hacer una breve inspección, se percató de que el lugar estaba en completo orden lo que le hizo sospechar algo raro, pues, como manifestó en su declaración (ficha de investigación SP335CHINGA45TU555MADRE) él jamás ha recogido nada, que más quisiera él más que sea coger de vez en cuando.
   Otros minutos después –como cinco o seis aunque este dato no ha sido corroborado por los testigos ni por nadie, ni por casualidad— el propietario del local (sigue siendo el mismo propietario y el mismo local de la página anterior) pudo hacer un conteo en medio de tanto orden y declaró, bajo protesta de decir verdad, o no, o según, o depende de, que se habían llevado 7 pantallas planas, 3 computadoras, 50 botellas de licor, 1 mezcladora, 1 teatro en casa, 6 consolas de X-Box, 12 controles —seis de ellos sin cable—, 1 equipo de sonido y varios objetos de valor (una foto de Elba Esther Gordillo encuerada y firmada con sus propios labios; el programa electoral del PAN, etc.), así como dinero en efectivo, unos $37,00 PMX con 52 centavos. Y una paleta de 5 pesitos, tres por 10.
  Inmediatamente, como a las dos o tres horas, justo después de la hora de cierre del changarro de la esquina donde hacen unas carnitas enchiladas con todo y sus cebollitas, el agente del Ministerio Público se constituyó en el sitio para recabar las evidencias y posteriormente ordenar el levantamiento del cadáver, hubiera o no hubiera cadáver, que para eso él se había constituido ahí. Hasta el lugar acudieron elementos de la Policía Municipal, de la PGR, otros elementos de un conjunto vacío y de tránsito, participantes de un programa de televisión en busca de nuevos talentos, un firulais y demás parientes quienes tomaron conocimiento de los hechos. Después de esto tomaron sal de uvas y respiración asistida pues reconocieron la falta de costumbre, que ellos no iban por ahí tome que tome, y mucho menos conocimientos de esos.
   Setecientas veces después de haber revisado minuciosamente la cruenta escena, la policía fue avisada por un escuincle con pinta de “cholo” —al que había dejado accesar porque sí (se sospecha que solía jugar con el firulais y que ya había interpuesto denuncias ante el representante del Ministerio Público que andaba de talacha constituyéndose por ahí) de que había un cadáver —u occiso— en la merita puerta anteriormente violada. Lógicamente, el escuincle fue inmediatamente arraigado por considerarlo sospechoso de cualquier cosa. “Pa’ una vez que encontramos al culpable antes que al delito —dijeron las autoridades competentes— no vamos a dejarlo escapar. En todo caso que se fugue del cerezo”.
   Como sospecharon desde un principio los efectivos elementos de la policía, ahí merito estaba el cadáver, mismo que fue llevado al anfiteatro local para que se le hiciera la necropsia de rigor (mortis). Y aunque el resultado de la necropsia no fue dada a conocer, los reportes policiacos señalaron que la víctima presentaba una lesión en el cuello de aproximadamente 15 centímetros y por lo menos 15 puñaladas —bueno, entre 15 y 257 mil. Que el hoy occiso tampoco es que colaborara demasiado— en el tórax y abdomen, inclusive en el pecho y la panza. Sin embargo se desconocen los motivos que pudieron hacer que perdiera la vida.
   Ofrecen misa por el hoy occiso y recompensa por los sicarios que narcoejecutaron al hoy, otra vez y para siempre, occiso, mismos que ayudaron a que perdiera su vida o a cualquiera que ayuda a encontrarla. 
   Esperen nuevas informaciones (como esta, pero si quieren sentarse a esperar informaciones de verdad, allá ustedes).
   ¡Nuevas informaciones!
   Donde dije digo digo Diego, digo el Jefe, digo digo.
  El ayer occiso resultó ser, después de profundas investigaciones de los especialistas de la PGR que inclusive han hecho un máster del universo en los yunaiesteis, una occisa. Empezaron a sospechar cuando un hombre se incrustó con una vagoneta nuevototota contra las dependencias donde estaban realizando la necropsia de ley y se sorprendió al reconocer a su mujer, misma que había dejado en un local nocturno la noche anterior perfectamente muerta, donde trabajaba como limpiadora cuando terminaba la función, porque a él dizque no le daban chamba.
   El acusado, litigante, homicida fue identificado como… pero para proteger a nuestras fuentes omitimos el nombre, mismo que es considerado el presunto autor material e intelectual del crimen de su esposa Lupita Yeseida Shakira del Cristo Juárez y Morelos y más dizque héroes e Hidalgo, que contaba con 36 años de edad de nacimiento desde que nació hasta el día de hoy en que ya no va a contar nunca más nada de nada.
   La pareja tenía problemas desde hace tiempo, mismos que se agravaron luego de que la mujer recibió un arreglo floral, por lo que el coraje llevó a matarla. El cadáver de “la Roja”, como la llamaba cariñosamente, tenía al menos pinchemil heridas por cuchillo o navaja, lo que revela —sin lugar a dudas— un posible móvil pasional. Así que, después de esta increíble deducción que hace quien redacta esta nota, ya no hacen falta ni siquiera que existan en nuestro país ni Tribunales de Justicia, ni especialistas en crímenes, y mucho menos relacionados con violencia de género, porque ya ven que fácil es deducir los hechos, motivos, razonamientos sociales y de cualquier suceso. Nomás me marcan y me dejan mensaje.
   La madre del hoy arraigado dijo que lamentablemente, él estaba muy deprimido porque no encontraba un trabajo en donde lo aceptaran ya que era alcohólico, desde los 13 años comenzó a tomar y se sentía muy mal porque no lo podía dejar. Recuerda que una ocasión, cuando aún eran novios, en que la hoy occisa vino a partirle el queso. La agraviada contó que la hoy occisa vino a su propia casa buscando al hoy arraigado por temas pendientes entre la pareja y ella le dijo que no lo encontraría, y que la mujer  aparentemente se fue, pero mañosa, se dio la vuelta y se le metió a la casa, brincando la barda. Cuando la señora se dio cuenta, ya la tenía encina, y le dio una madriza dentro de su casa, y la puso como trapeador a limpiar su mismo piso, al tiempo que la amenazaba de muerte para que le entregara al susodicho macho que el muy campante andaba cotorreando con los amigos mientras a su madre se la madreaba su querer, hoy ex querer y occisa.
   Anyway, el autoviudo de la hoy occisa —quien padece diabetes por lo que se le amputó una pierna el año pasado y tiene los ojos azules y una caries en el premolar anterior—  permanece en la casa del arraigo número uno, donde cuenta con custodia personal las 24 horas, con la finalidad de evitar que este atente contra su integridad física, misma que su ex “vieja” había solicitado en más de cinco ocasiones ante las mismas autoridades que hoy se constituyeron en tan cruenta escena pero que se hacían pendejos cada vez que la hoy occisa, muerta y además asesinada, iba a reclamar a las autoridades que cumplieran con el deber por el que se les paga y para el que fueron elegidos.
   Personal de Servicios Periciales regresaron esta mañana a las instalaciones de la cruenta escena, donde recolectaron varias evidencias. Entre ellas una carta que el confeso, pero no por eso criminal, escribió a sus hijos (eran un hijo y una hija, en realidad, pero a quién le importa. Total, ¿que no entienden que el masculino también incluye a las pinches viejas?), donde les pide perdón y se despide de ellos, y una postdata que reza: “¿La notas, Roja?”. 
  
© Carlos de la Fé & Maldini
“Soy mexicano y no me rajo, y mi paredro sigue matando canallas