Donde príncipes y bestias

Yo poeta declaro
que escribir poesía
es decir el estado
verdadero del hombre
es cantar la verdad
es llamar por su nombre
al demonio que
ejerce la maldad noche y día.
Agustín Millares Sall. Yo poeta declaro
   Compañer@s cuentistas, tomando en cuenta los últimos sucesos en la
literatura, quisiera hacer notar que estamos asistiendo a una declaración “de
estado permanente de poesía”, de poetas que toman las calles con metáforas,
sinécdoques, prosopopeyas y demás tropos para demostrar que Celaya no se
equivocaba como la paloma de Alberti y que la poesía es un arma cargada de
futuro.
   Ángel Collado, editor de la Editorial
Tragacanto
ha escogido para inaugurar la colección “Por mi mala cabeza” el
libro de Pedro Flores De
Príncipes y bestias
. La presentación correrá a cargo del escritor Alejandro
Pedregosa
en el Edificio Zaida de la Fundación Caja Rural, otra de las
actividades de la XXXI Feria del
Libro de Granada
progamadas para el sábado 28 de abril, (penúltimo día de la fiesta de las letras en la ciudad donde el arte es un efecto colateral de la belleza) . Esta edición cuenta con un prólogo de la filóloga Sonia Fernández
Hoyos
que también presenta Los
ensayos de Carmen Martín
Gaite en esta sede —pero por la mañana— y con el
mismo sello editorial.

   Fernández Hoyos dice en su prólogo que «la
reescritura del mito que elabora Pedro Flores no sucumbe a lo ordinario o la
tradición al uso, ofrece una alternativa a la historia tradicional, los ‘juegos
de lenguaje’ privilegian en cierto modo a aquellos que fueron sistemáticamente
silenciados, como el Minotauro, o cuyas razones nunca fueron suficientemente
explicadas, como en el caso de Ariadna».
   El libro «toma como eje central el mito prehelénico del Minotauro para hablar del
concepto de la diferencia, del laberinto como metáfora», en palabras de su
autor y de «otras las que
sugiera un tema tan rico como puede
ser ese», una historia clásica que, como tal, no deja de enriquecerse y crecer
con cada nueva mirada, con cada reinterpretación independientemente del género
utilizado.
   En el caso
de Pedro Flores los géneros dejan de ser fronteras para convertirse en líneas
dibujadas con tiza en la historia de la literatura, en una rayuela para que las
palabras se diviertan saltando de la poesía al teatro, de la minificción al
relato breve o a la novela.
   Los extremos se tocan, en el tiempo y en la literatura: La primera obra
que publicó otro genial escritor especialista en Rayuelas Julio Cortázar, Los reyes, también quiso apartarse de la
versión oficial del mito, y Pedro
Flores se —nos— pregunta en su libro: “
¿No sería hermoso que por
una vez / los príncipes no salieran victoriosos?”.
De
príncipes y bestias
es una metáfora de la
historia actual, una prosopopeya de personajes mitológicos y una sinécdoque de
las pasiones humanas.
   Como ya mencioné en la Antología
del Microrrelato en Canarias
, donde aparecen algunas minificciones de
Pedro, aquella vez en defensa de las formas breves, hay artistas
inclasificables para quienes los géneros no son más que cajas, archivadores de
palabras. Pedro puede abordar cualquier género clásico o moderno, anticuado o
por inventar porque Pedro es la representación y la prueba de que la poesía lo
es todo y no necesita más explicaciones.
   En las dos primeras mesas de autores y escritoras (sic) de la Feria,
dedicada en esta edición al relato, se aludió a la estúpida pregunta contra la
que cualquiera que escriba cuentos es ya inmune: ¿Para cuándo la novela? A Pedro Flores no se le puede hacer esa
pregunta porque se corre el riesgo de recibir una respuesta, o un poema, o un
cuento, o la dichosa novela.
   Ahora que lo pienso, mejor preguntarle, ¿no? Mejor leerlo.
© Carlos
de la Fé