«Se le ocurrió además que las
difusas sombras que pestañeaban a uno y otro lado del pasillo adquirían formas
anómalas, hambrientas, como racimos de probóscides o de trilobites cornudos
ondulando con suaves movimientos en los abismos».
difusas sombras que pestañeaban a uno y otro lado del pasillo adquirían formas
anómalas, hambrientas, como racimos de probóscides o de trilobites cornudos
ondulando con suaves movimientos en los abismos».
Ángel Olgoso[i].
El diseño urbano debe ser algo parecido a una ciencia
infusa que, sin duda, debería formar parte de los Altos Estudios de la
Patafísica universal.
infusa que, sin duda, debería formar parte de los Altos Estudios de la
Patafísica universal.
Por supuesto, las rotondas tendrán un apartado
específico dentro del amplio espectro que es capaz de alcanzar la escasa
materia gris de los diseñadores de rotondas.
específico dentro del amplio espectro que es capaz de alcanzar la escasa
materia gris de los diseñadores de rotondas.
Entre las primeras hipótesis a estudiar podríamos
tomar la de que los ayuntamientos las hacen así de espantosas para evitar la
tentación de ir a estamparse contra cualquiera de las miles que debe de haber
esparcidas por la basta y vasta geografía nacional.
tomar la de que los ayuntamientos las hacen así de espantosas para evitar la
tentación de ir a estamparse contra cualquiera de las miles que debe de haber
esparcidas por la basta y vasta geografía nacional.
En todo caso se puede presuponer una mano negra
(artrítica cuando menos, o un brazo incorrupto)detrás de los curiosos,
sorprendentes, incomprensibles y, en definitiva, feos diseños que se eligen
para adornar esos cruces de caminos, esas bifurcaciones de senderos que pocos
jardines tienen.
(artrítica cuando menos, o un brazo incorrupto)detrás de los curiosos,
sorprendentes, incomprensibles y, en definitiva, feos diseños que se eligen
para adornar esos cruces de caminos, esas bifurcaciones de senderos que pocos
jardines tienen.
La lingüística, por supuesto, tiene mucho que ver con
su imagen y con el paradigma mental en el subconsciente colectivo de la humanidad
toda que se enfrenta por primera vez con ese impedimento en medio de una
carretera.
su imagen y con el paradigma mental en el subconsciente colectivo de la humanidad
toda que se enfrenta por primera vez con ese impedimento en medio de una
carretera.
Nadie sabe a ciencia cierta su nombre verdadero. Viene
a ser como el enigma del nombre de Dios que cada quien le pone el suyo y se lo
crea y se lo cree a su imagen y semejanza. El pobre.
a ser como el enigma del nombre de Dios que cada quien le pone el suyo y se lo
crea y se lo cree a su imagen y semejanza. El pobre.
Similar a lo que ocurre con los perros que terminan
por parecerse a sus dueños, o más bien al contrario.
por parecerse a sus dueños, o más bien al contrario.
Dioses, canes, rotondas, la cuadratura del círculo, El
Ojo que todo lo ve, construcciones incomprensibles… Ya lo tengo: Anubis,
pirámides, civilizaciones ocultas y misteriosas que surgirán algún día desde
todas y cada una de las rotondas.
Ojo que todo lo ve, construcciones incomprensibles… Ya lo tengo: Anubis,
pirámides, civilizaciones ocultas y misteriosas que surgirán algún día desde
todas y cada una de las rotondas.
Me perdí dando vueltas en redondo y me olvidé de la
lingüística, pero es que todo tiene que ver, hay interconexiones que asustan y
por eso no nos atrevemos a llamar a ciertas cosas por su nombre.
lingüística, pero es que todo tiene que ver, hay interconexiones que asustan y
por eso no nos atrevemos a llamar a ciertas cosas por su nombre.
Usted, a lo mejor, es de esas personas que las llaman
rotondas, así, rotunda y académicamente hablando. Sin embargo, sabe oh lector
in fabula, que hay quien las llama “redondas”, científicos, claro, apegados al Principia Mathematica o, los más osados
y juguetones, “retondas”, la más puro estilo glíglíco cortazariano. También se
dice que es por ignorancia pero sería simplificar demasiado a los simples.
rotondas, así, rotunda y académicamente hablando. Sin embargo, sabe oh lector
in fabula, que hay quien las llama “redondas”, científicos, claro, apegados al Principia Mathematica o, los más osados
y juguetones, “retondas”, la más puro estilo glíglíco cortazariano. También se
dice que es por ignorancia pero sería simplificar demasiado a los simples.
Por no hablar de esa característica de las rotondas que
ya empieza a ser analizada por la física cuántica en relación con los agujeros
negros: su, aparente, incorporeidad. Doctores tiene la Iglesia que también se
empeñan en compararla con la ascensión a los cielos o el descenso a los
infiernos, depende del día.
ya empieza a ser analizada por la física cuántica en relación con los agujeros
negros: su, aparente, incorporeidad. Doctores tiene la Iglesia que también se
empeñan en compararla con la ascensión a los cielos o el descenso a los
infiernos, depende del día.
Porque las rotondas tienen esa capacidad inaudita de
aparecer en medio de la nada de un día para otro con las consecuentes “hostias”
(de ahí el interés espiritual) de maquinarias automotrices construidas ad hoc
para transitar directamente hacia ellas. Coches y esas cosas, vamos.
aparecer en medio de la nada de un día para otro con las consecuentes “hostias”
(de ahí el interés espiritual) de maquinarias automotrices construidas ad hoc
para transitar directamente hacia ellas. Coches y esas cosas, vamos.
El mal existe pero no puede percibirse más allá de un
ligero escalofrío, una sensación de desasosiego, una rotonda con un “monumento”
infernal como decoración.
ligero escalofrío, una sensación de desasosiego, una rotonda con un “monumento”
infernal como decoración.
Me dice mi amigo (amigüito) y sin embargo escritor (o
versavice) Ángel
Olgoso que no me preocupe, que no es que vaya a acostumbrarme al espanto de
contemplar a diario esas veleidades artísticas pagadas con dinero público, que
en el maravilloso mundo de las rotondas aún hay mucho por hacer y no sucede lo
mismo que con la política en España, donde podemos aguantar cuatro años de algo
parecido a una democracia igual que cuarenta años de embrutecimiento.
versavice) Ángel
Olgoso que no me preocupe, que no es que vaya a acostumbrarme al espanto de
contemplar a diario esas veleidades artísticas pagadas con dinero público, que
en el maravilloso mundo de las rotondas aún hay mucho por hacer y no sucede lo
mismo que con la política en España, donde podemos aguantar cuatro años de algo
parecido a una democracia igual que cuarenta años de embrutecimiento.
En todo caso, Olgoso,
como fundador del Institutum Pataphysicum Granatensis
sabe de lo que habla y,
sobre todo, de lo que escribe.
como fundador del Institutum Pataphysicum Granatensis
sabe de lo que habla y,
sobre todo, de lo que escribe.
Al lado de su casa dice que también pergeñaron una
“obra de arte” parecida, pintarrajeado otro árbol más como visos de señal de
peligro que de expresión humana.
“obra de arte” parecida, pintarrajeado otro árbol más como visos de señal de
peligro que de expresión humana.
Pero es que el engendro que han puesto delante de la
mía, entre una gasolinera y la Base Aérea Militar (a cuyas pistas de aterrizaje
llamó el poeta Agustín Carmona —amigo también del “amigüito” y viceversa
también, “prado nuclear”) está empezando a asustarme de verdad, con «ese miedo innominado que siempre fue el
obstáculo capital del progreso del género humano»[ii].
mía, entre una gasolinera y la Base Aérea Militar (a cuyas pistas de aterrizaje
llamó el poeta Agustín Carmona —amigo también del “amigüito” y viceversa
también, “prado nuclear”) está empezando a asustarme de verdad, con «ese miedo innominado que siempre fue el
obstáculo capital del progreso del género humano»[ii].
La antena de la torre de control, desde el aciago día
que instalaron mi arbolito muerto (encalado, blanco como las momias), emite
señales que, empiezo a sospechar no son de este mundo, como mi reino.
que instalaron mi arbolito muerto (encalado, blanco como las momias), emite
señales que, empiezo a sospechar no son de este mundo, como mi reino.
Además, ayer repusieron El Exorcista y me están entrando unas ganas incomprensibles de
volver a ver Encuentros en la Tercera
Fase. Y, encima, las Olimpiadas.
volver a ver Encuentros en la Tercera
Fase. Y, encima, las Olimpiadas.
Habrá que hacer un informe DAFO o, directamente,
ponerse a merendar como aconseja Antonio Dafos
como buen patafísico y escritor, ante la trascendencia (nula, por supuesto) del
caso.
ponerse a merendar como aconseja Antonio Dafos
como buen patafísico y escritor, ante la trascendencia (nula, por supuesto) del
caso.
Yo no sé qué va a pasar. A lo mejor me da por decorar
la planta muerta de mi balcón. I want to
believe.
la planta muerta de mi balcón. I want to
believe.