Quienes tenemos la fortuna
no solo de disfrutar de las inolvidables, cálidas, íntimas y enriquecedoras
lecturas de poemas propios y ajenos de Juan Carlos Friebe estamos pendientes de
su próxima obra, Enseñando a nadar a la
mujer casada, de la que ya nos ha hecho partícipes en alguna ocasión.
no solo de disfrutar de las inolvidables, cálidas, íntimas y enriquecedoras
lecturas de poemas propios y ajenos de Juan Carlos Friebe estamos pendientes de
su próxima obra, Enseñando a nadar a la
mujer casada, de la que ya nos ha hecho partícipes en alguna ocasión.
Esta tarde, de nuevo, en
Granada, en La
Qarmita, podremos disfrutar de uno de estos encuentros. Para ir abriendo
boca y pecho, uno de los poemas recogidos en su segundo libro, Poemas perplejos (accésit del III
Certamen Internacional de Poesía Gabriel Celaya), que ahora publica en edición
digital, Geometrías
del Desconcierto, con dos añadidos: el genial prólogo de Alejandro Pedregosa
y un epílogo del autor, igual de genial y una lección sobre la reescritura y la
mirada casi veinte años después.
Granada, en La
Qarmita, podremos disfrutar de uno de estos encuentros. Para ir abriendo
boca y pecho, uno de los poemas recogidos en su segundo libro, Poemas perplejos (accésit del III
Certamen Internacional de Poesía Gabriel Celaya), que ahora publica en edición
digital, Geometrías
del Desconcierto, con dos añadidos: el genial prólogo de Alejandro Pedregosa
y un epílogo del autor, igual de genial y una lección sobre la reescritura y la
mirada casi veinte años después.
Como bien dice Pedregosa, «Juan
Carlos Friebe pertenece a un grupo de poetas que yo denominaría “totales”. La
primera cualidad de un “poeta total” es que no puede ser otra cosa en la vida
que poeta».
Carlos Friebe pertenece a un grupo de poetas que yo denominaría “totales”. La
primera cualidad de un “poeta total” es que no puede ser otra cosa en la vida
que poeta».
Para muestra un poema.
El centauro desde la mirada del cíclope
¡Ah
del hombre! ¿No hay nadie en casa?
del hombre! ¿No hay nadie en casa?
¿Nadie
que me abra su puerta y me ofrezca
que me abra su puerta y me ofrezca
con
mano llana pan y hogar
mano llana pan y hogar
de
tierna lumbre? Hace tanto frío
tierna lumbre? Hace tanto frío
aquí,
dentro de mí… ¿Nadie que preste
dentro de mí… ¿Nadie que preste
abrigo
o manta habita en esta casa?
o manta habita en esta casa?
Mirad
que no mendigo, que conmigo
que no mendigo, que conmigo
traigo
buen vino y sal para la nieve:
buen vino y sal para la nieve:
son
un don, un regalo a compartir
un don, un regalo a compartir
junto
al hermano fuego,
al hermano fuego,
como
los sabios labios de los niños
los sabios labios de los niños
cuando
ventean su secreto hermoso.
ventean su secreto hermoso.
¡Ah
del hombre! ¿Quién anda por ahí,
del hombre! ¿Quién anda por ahí,
de
puntillas, mirándome a través
puntillas, mirándome a través
de
su minucioso ojo de cíclope,
su minucioso ojo de cíclope,
espiándome
como si yo fuera
como si yo fuera
el
dios que premedita su desgracia?
dios que premedita su desgracia?
¿Debo
agitar mi pañuelo en señal
agitar mi pañuelo en señal
de
paz? Así lo haré. Gente de paz
paz? Así lo haré. Gente de paz
decía
un hombre y eso le bastaba
un hombre y eso le bastaba
entonces,
esa breve contraseña.
esa breve contraseña.
Mas,
¿quién presta auxilio a ese hilo
¿quién presta auxilio a ese hilo
de
voz casi ya súplica
voz casi ya súplica
de
tan débil y huérfano?, ¿escucha
tan débil y huérfano?, ¿escucha
quién
su cordial saludo sin doblez,
su cordial saludo sin doblez,
quién
al náufrago que en cada uno
al náufrago que en cada uno
de nosotros se ahoga sin socorro?
Basta pues, silencioso aldabón. Nadie
aprecia
el matiz que distingue
el matiz que distingue
la
despedida de una rendición,
despedida de una rendición,
ni
qué diáfana clave diferencia
qué diáfana clave diferencia
el
rumor de un saludo al de un señuelo.
rumor de un saludo al de un señuelo.
Es
la vil doma de la transparencia,
la vil doma de la transparencia,
el
infame dominio de la fusta,
infame dominio de la fusta,
el
yugo que hace cíclope al centauro
yugo que hace cíclope al centauro
y
buey al hombre. Pero no somete
buey al hombre. Pero no somete
el
látigo, sabedlo ahí, adentro.
látigo, sabedlo ahí, adentro.
Somete
el miedo al látigo. ¡Afuera!
el miedo al látigo. ¡Afuera!
¡Salid
afuera, pronto! ¡Ya no ruego,
afuera, pronto! ¡Ya no ruego,
es
urgente, os va la vida en ello…!
urgente, os va la vida en ello…!
¿No
veis que la estancia significa
veis que la estancia significa
fin,
que sólo en la huida
que sólo en la huida
nos
cabe salvación? Tened posada,
cabe salvación? Tened posada,
jamás
casa, hogar tiene quien teme
casa, hogar tiene quien teme
que
la noche le ocurra de improviso;
la noche le ocurra de improviso;
quien
mira al cielo oscuro y ve la lluvia
mira al cielo oscuro y ve la lluvia
como
algo sucio, ¿no es el mismo
algo sucio, ¿no es el mismo
que
en su sombra acecha al enemigo?;
en su sombra acecha al enemigo?;
si
no creéis en el amor, ¿por qué
no creéis en el amor, ¿por qué
crecéis
en el pánico, otorgando
en el pánico, otorgando
bula
a las sospechas, dando pábulo
a las sospechas, dando pábulo
a
lo incierto y hambre a la verdad?
lo incierto y hambre a la verdad?
Venid,
venid conmigo,
venid conmigo,
de
prisa. ¿Quién dijo que nunca fuera
prisa. ¿Quién dijo que nunca fuera
ya demasiado tarde?.