Juliet when we made love you used to cry
You said I love you like the stars above Ill love you till I die
Theres a place for us you know the movie song
When you gonna realise it was just that the time was wrong juliet ?
Romeo & Juliett. Dire Straits
Si alguna vez me hicieras prisionero, buscaría desesperadamente una lima para romper las esposas (la primera, la segunda, el procurador, el abogado…) y liberar mis manos y romper a conciencia la Convención de Ginebra y denunciar al primer ignorante malfollao con una Cruz Roja en el pecho. No quiero pan, no quiero agua, quiero copas de sudor, correas de sabor y una celda de olor y desesperación y que me encierres y te tragues la llave y no se lo digas a nadie, ni siquiera a mí.
Si alguna vez me quisieras, me querrías. Te contaría verdades como versos para excitarte y te besaría con palabras para serenarte. Si alguna vez me quisieras tal vez te querría a pesar de adorarte.
Si alguna vez veo una luz, al final del túnel, espero que seas tú marcando el camino del dormitorio o de tu corazón y no la maldita bruja vestida de negro, la cobarde que sólo se atrevió a amarme con la guadaña en la mano. Para esas noches, pienso prepararte mi cocktail especial hecho de sangre, hielo picado y tropezones de corazón. Sólo para ti.
Si alguna vez encuentras a alguien que esté tan loco como yo, o encuentro a alguien, como tú, que piense de verdad que estoy un poquito cuerdo abriré esa botella especial que aún no he comprado, ese vino discreto que caliente el espíritu a la par que el cuerpo, y lo beberemos sobre el cáliz de la curva de tu espalda. De aperitivo: tus pezones.
Si alguna vez amaneces en mi cama te llevaré el café frío y la boca caliente, el cigarro apagado y la pasión encendida, los ojos abiertos, toditos, y la puerta cerrada, las venas cosidas con punto de cruz y mi cruz a punto de ser cocida.
Si alguna vez me bailas descalza ya sabes que no podré dejar de cantarte al oído y me tendrás y me retendrás porque habrás entrado en uno de mis más ansiados deseos, en mi lujuria más amorosa, en el erotismo más impuro del corazón, la pornografía más ingenua de los sentidos.
Si alguna vez hubiera alguna vez, renegaría de ti ante un altar público diciendo «Sí Quiero» y te insultaría en privado susurrándote «Te Amo».