Despierto en una erótica caricia
y sin amanecer me estoy quemando.
El sueño se hace a mano y sin permiso,
arando el porvenir con viejos bueyes.
Mañana volverá con nuevo impacto
el sol que me evapora y me da prisa.
Llover sobre mojado. Silvio
Respirar miradas, saborear palabras, susurros, oler besos. El único sentimiento capaz de transmutar el plomo que contiene una mentira en la cantidad necesaria de verdad, en los gramos exactos de vida…
No, amor, no está lloviendo en esta maravillosa ciudad, en esta magnífica puta sin el más mínimo atisbo de arrepentimiento ni sensación de culpa.
No, vida, ni siquiera son lágrimas empapadas de distancias canallas; sabes, comprendes que no son nada más y nada menos que miles de besos vaporizados, camuflajeados en forma de gotas que te humedecen lenta, suave, descaradamente cada uno de los imprescindibles poros de tu piel.
