Quien no lo sepa ya
lo aprenderá de prisa:
la vida no para,
no espera, no avisa.

Inoportuna. Jorge Drexler

Al final va a ser verdad que lo más imprtante es la comunicación, y quien no lo sepa ya… Con las canas y los cuernos aprendí a decir, más tarde que nunca, Te Amo, Gracias o Disculpa.

Aunque no lo parezca, hace tiempo que rompí en mil pedazos el cuadro que Dorian usaba como reflejo del alma y decidí envejecer al ritmo de los abominables espejos que multiplican y deforman y conforman eso que llamamos realidad.

Y a pesar de que soy más de letras que de números no dejan de impresionarme los ceros, y cuando he visto más de cinco seguidos eran casi siempre de color rojo y estaban en el debe. Por eso, al mirar algo más abajo de estas páginas o lo que sea que son y comprobar, por una vez, que esos de ahí estan en el haber, creo que algo debo de «haber» hecho (en otra vida?) algo para ameritarlo.

Y, a todas estas… ya dije gracias? Pues gracias a las respuestas, a la comunicación y a ese verbo tan inexplicable, a veces imposible y siempre deseable que es compartir, ahora vuelvo a poner en el debe cada una de las visitas y los cafés compartidos, virtual o físicamente.

Por ahí quedan retazos de respuestas a comentarios… una forma, como otra cualquiera, de repetirme y no cansarme de decir Gracias… Ves como no era tan difícil?!

  • Cuando ya no importe… tal vez tomemos una copa de cualquier brebaje ambarino.

  • Y que alguna vez sea capaz de comprender tus respuestas cuando yo entienda mis preguntas

  • Y que dios y su puta madre repartan suerte: Gracias porque si: Dos puntos

  • En cuanto a lo de si una botella de vino nos arma de valor o de cobardía, depende del momento o de la segunda botella.

  • Así que los amigos que me soportan se lo tienen merecido por ser tan buena gente. Estaban advertidos.

  • Por eso yo siempre prefiero el vino: no tomo fruta a no ser que sea un ingrediente obligatorio de un cocktail.

  • Si te das cuenta, resulta que, primero, muchas veces, nos dedicamos a definir el amor (en vez de hacerlo más, no?) y casi siempre terminamos haciéndolo con un sustantivo acompañado del «compartido». Y es que a lo mejor es así. Básicamente se trata de eso, de compartir… soledades, egoísmos, virtudes y defectos.

  • Pero, que quieres que diga, no estoy por compartir más que algún que otro texto, alguna que otra cerveza y determinado fluidos esenciales, incluyendo la sangre.

  • La paradoja es que, hoy por hoy, daría la vida por estar vivo, y quisiera cultivar mariposas y no tener que ir probando cualquier cosa comestible, bebible, «vaya, amable«, para comprobar su efectividad como matarratas.

  • Mi yo está aquí dentro, sin polvo de alas que llevarse a… Como si no supiera diferenciar a Campanilla de Wendy. Pero, esas cosas de los mayores, ya sabes, que prefieren vivir en una cómoda mentira, un triste pesadilla antes que arriesgarse por un sueño… No saben que no hacen falta alas para alzar el vuelo.

  • Hay días que me levanto pensando que esto no es más que una broma. Estoy deseando agarrar al payaso: no le va a hacer falta ponerse nariz de goma.

  • Todo me suena. Lo que escribo me parece ya escrito. Lo que leo creo haberlo leído. Lo que vivo es un puto dejà vu constante. El Rey Midas de la mierda… estoy aprendiendo a morir con dignidad, aunque parezca, dé la sensación, a veces, de que estoy intentando vivir.

  • Siempre he detestado sobrevivir, pero hoy por hoy me escudo en la cobardía para no pensar en todos los motivos que tengo para morir y en los pocos para seguir aquí jodiendo a los demás.

  • Pero, falta poco, muy poco… cada vez menos. El otro día hablaba con alguien sobre «la vida eterna»… Sólo sé que si existe la reencarnación y tuviera, por ejemplo, siete vidas, como dicen que tienen los gatos, las otras seis las hubiera aprovechado para suicidarme.

  • Y quien llama puede ser el matrimonio, los juramentos, las verdades eternas, las mentiras cotidianas, un corazón estrangulado huyendo de las manos pegajosas de la razón, de los que siempre creen, quieren y deciden tener razón, los demás, nosotros, ellos…

  • La cosa es que todo el mundo se cree con derecho a tocar directamente cuando ve una puerta cerrada, y cuando la ven abierta, huyen.

  • Cuanto más larga es la espera más crece el ansia; por eso imaginamos la distancia. Imagina un beso… Esto lo escribió alguien hace mucho tiempo cuando aún creía que las Ipótesis eran leyes Hirrefutable.

  • De eso se trata, justo, precisa, exacta, únicamente de eso. Lo bueno de las perras negras es que me acompañan. Lo imposible de las broncíneas es que existen. Benditas. Malditas.

  • Elige el sabor. Te dejo hasta que imagines la distancia. Pero nunca, nunca y siempre dejes de recordar que «yo andaba buscando la muerte«. Ordénale al mesero tantita sal chilada… El mezcal lo llevo en la sangre; la mezcla en el sudor. Introducción: Post Data.

  • Quién necesita palabras cuando no son capaces de explicar, cuando ni siquiera nos hacen falta para vivir y, para qué si tenemos todo lo que nadie sabe, lo único, lo necesario… si -os

  • Y si no basta será cuestión de «ponerse en la piel» del otro con el único propósito de «compartir», lo que tenemos y lo por venir, los pasados que nos hicieron llegar y el presente incondicional pluscuamperfecto del infinitivo del verbo… ummm, qué tal «amar»?