Trato de explicarle que el escritor es un duelista que nunca se bate a la hora acordada, que recoge el insulto como si se tratara de un objeto curioso cualquiera, como un ejemplar coleccionable que, después, colocará sobre su mesa, y sólo entonces se enfrentará con él en un duelo verbal. Algunas personas llamarán a esto debilidad; yo lo denomino aplazamiento, Lo que para un hombre es debilidad, se convierte en cualidad en un escritor. Porque el escritor es el hombre más solitario del mundo: porque vive, lucha, muere y renace siempre solo, no interpretando sus papeles sino cuando ha caído el telón. En la vida es un personaje incongruente. Para juzgar a un escritor es menester amar tanto lo que escribe, como el hombre que es. La mayoría de las mujeres sólo ama al hombre.

Anaïs Nin (Noviembre, 1932)